martes, 1 de noviembre de 2011

Apariencia personal, nuestra carta de presentación. Qué imagen queremos proyectar como empresa?

El 93% de la comunicación de todo ser humano está determinado por sus mensajes no verbales, en donde el atuendo habla a los demás sin palabras todo el tiempo. ¿Va a permitir que la apariencia de su personal desentone con el profesionalismo y compromiso de su institución?


En treinta segundos, la gente se forma, una impresión basados en lo que vean. Es decir, el cabello, la ropa, la forma en que se lleva el cuerpo, la sonrisa y el resto de la comunicación no verbal. De forma que la imagen personal si contará.

El poder de comunicación de la imagen es tan grande, que hoy en día la manera en que los empleados se presentan diariamente en su lugar de trabajo repercute de manera directa en la imagen que la empresa desea proyectar a su público. La apariencia personal refleja el nivel de profesionalismo, responsabilidad, compromiso, disciplina y respeto que cada uno mantiene para con la empresa y ha adquirido de ella.


La mejor estrategia para proyectar una buena imagen a través del personal es hacerlo consciente que la reputación y prestigio de la empresa es un trabajo en equipo. Todos son la marca y su apariencia su logotipo. Nadie se salva.

Por lo tanto, la imagen del personal afecta directamente la influencia de la empresa en los clientes, los prospectos, los accionistas, la comunidad, el gobierno, etc.; demostrando el grado de compromiso que tiene cada miembro por el éxito de la organización.



En una local abierto donde se tengan mas de tres o cuatro personas atendiendo al publico lo mas recomendable y hasta imprescindible es tener algún tipo de uniforme. Cuanto más prolijo y mejor diseñado este el uniforme mucho y mejor será la impresión que cause . El uniforme debe ser un uniforme con algún logotipo o algo que lo delate como tal. Por otra parte el uniforme tiene la ventaja para los clientes (y el personal de supervisión) de poder ubicar a los mismos con facilidad y evitar las confusiones por ejemplo que un cliente le pregunte a otro cliente si es un vendedor , causando en este el fastidio de preguntarse “¿parezco un vendedor?” .

Un aspecto físico impecable con una mente vacía, sin personalidad, no sirve. Al contrario, una mente prodigiosa con una apariencia descuidada o sucia, tampoco.

El cuerpo es un elemento magnífico de comunicación y es la tarjeta de presentación de una persona. Por otra parte, la buena presencia, al ser y sentirse agradable a la vista de otros, hace a las personas más seguras de sí mismas, lo cual mejora en gran medida su desarrollo personal, profesional y social.

Angélica Bobadilla


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